Escribir acerca de la verdad, no es cosa fácil.
Quisiera iniciar esta reflexión con la pregunta que Pilato hace a Jesús:
"¿Qué es la verdad"
Es cierto que la verdad es algo que se dice, que tiene relación con la realidad, con algo que sucedió, con algo que se piensa y se manifiesta tal cual.
Y, Jesús, a modo de ilustración, se da cuenta cuando, en el diálogo y encuentro con la samaritana, ésta confiesa a Jesús su pasado y, Él, se lo reconoce. Impresiona constatar que, cuando la samaritana se da cuenta que Jesús reconoce con autoridad que ella ha dicho la verdad, le llama "Señor" porque, precisamente, Jesús ha venido al mundo para dar testimonio de la verdad.
Escribir y meditar sobre la verdad es, derechamente, escribir acerca de Jesús.
Pensar en la verdad, es mirar, adentrarse en Jesús, en sus palabras y testimonio.
San Juan, de una manera maravillosa y encantada, cuando describe a Jesús, dice que es "lleno de gracia y de verdad".
Lleno de verdad, porque lo que habla Jesús, no lo habla por su propia cuenta ni en beneficio propio sino que, todo lo que dice, lo dice con la única intención de buscar la gloria de su Padre.
Es más, Jesús, dice la verdad que ha escuchado de Dios. Nada dice por su cuenta, sino que dice todo lo que su Padre le comunicó porque, precisamente, vino al mundo para dar testimonio de la verdad.
Y, aún cabe la pregunta de Pilato : ¿qué es la verdad?
En nuestro caso, más que preguntarse – como Pilato - acerca de "Qué" es la verdad, hay que preguntar y plantearse: ¿"Quién" es la Verdad?
Es aquí donde nos encontramos con Jesús, el Dios Vivo.
Lisa y llanamente Él es la Verdad. Jesús no solamente dice la verdad sino que, Él mismo se presenta como la Verdad.
Jesús es la Verdad de Dios Padre.
Verdad que ha escuchado (oido de lo más íntimo y profundo de su Padre), de parte de Dios. Esto supone un estar con el otro, frente al otro, ante el otro. Supone un estado "siempre presente" de escucha que es mucho más que poner atención a otra persona. El escuchar a otro es un acto de amor, es una de las más máximas expresiones del amor.
Escuchar no es una acción pasiva. Es una acción de donación, regalo: doy mi tiempo, mi humanidad, renuncio a mis intereses inmediatos por el otro, para escucharlo y saber de lo suyo.
¡Eso hizo Jesús con su Padre!
¡Eso hizo antes de comunicarnos su Verdad!
¡Eso!
¡Antes de encarnarse como Verdad de Dios!
Esta Verdad de Dios, que nos llegó por Jesús tiene algunas características muy claras y de gran importancia para nuestra vida. Algunas de ellas son:
Nos hace libres y nos permite conocer a Jesús
Nos permite adorar al Padre como verdaderos adoradores
Nos permite verdaderamente, acercamos a la Luz (Dios)
Jesús, sabedor y conocedor de ésta Verdad y todo lo que, por medio de ella, otorga al hombre y la humanidad; no se queda con ella, sino que:
Se las entrega a sus discípulos y - por ellos - a nosotros
Ora a su Padre, le pide, que consagre en la verdad a los suyos (también a ti) reconociéndose Él mismo como la Verdad al decir "tu Palabra es verdad".
Posibilita al hombre para que le dé acogida en su corazón y, para que ésta (la verdad) sea conocida y reconocida por el hombre
Se compromete enviar el Espíritu de la Verdad y tras ésta promesa hay toda una revelación de la intimidad divina.
Es, precisamente, en ésta promesa que podemos contemplar una realidad asombrosa que, a cualquier cristiano le colma de gozo.
En primer lugar; este Espíritu de Verdad, Él lo enviará desde el Padre, porque procede (viene) del Padre.
Es el Padre quien tiene la autoridad, tanto para haberlo enviado a Él (Jesús) como para enviar a éste Espíritu que procede del Padre, en una clara alusión al Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo
En segundo lugar, este Espíritu de la Verdad (nótese bien el sentido de pertenencia y de origen: es Espíritu de la Verdad, es decir; de Dios), según san Juan, aparte de consolar a los discípulos, tendrá una misión clara y definida:
Les enseñará a sus discípulos, todo.
Les recordará todo lo que Jesús les ha dicho (a ellos y a nosotros por medio de ellos)
Los guiará hasta la verdad completa
Hablará lo que oiga y nada dirá por su propia cuenta
Anunciará lo que irá sucediendo o lo que ha de venir
Le dará gloria a Jesús porque "todo" lo del Padre es de Él (de Jesús) y, además, porque recibirá todo de Jesús
Termino esta brevísima reflexión con las palabras de Juan, el evangelista, quien dice (escribe) la verdad para que nosotros creamos.... además, él, sabe que dice la verdad:
(...)" Lo atestigua el que lo vio
y su testimonio es válido y él,
sabe que dice la verdad,
para que también vosotros creáis" (...)
San Juan dice la verdad y la escribe.
¡Para eso...!
¡Para que creamos!
¡Para que, tú, creas!.
Y......., ¿Quién es la Verdad?
jueves, 13 de septiembre de 2007
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