jueves, 13 de septiembre de 2007

EL VIA CRUCIS

ADVERTENCIA


PARA LA LECTURA Y MEDITACIÓN DEL PRESENTE VIA CRUCIS, LOS COROS DEBERÁN ESTAR COMPUESTOS POR DOS GRUPOS DE PERSONAS, OJALÁ DEL MISMO GÉNERO EN UN NÚMERO NO INFERIOR A 7 PERSONAS Y UN MÁXIMO DE DIEZ, QUE DEBERÁN LEER, CADA TROZO INDICADO, AL UNÍSONO.
EL SACERDOTE O MINISTRO REALIZA LA ORACIÓN USANDO EL TEXTO DEFINIDO POR LA IGLESIA PARA ESTA OCASIÓN.




PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

CORO1 Pilato preguntó a los demandantes y al pueblo
¿Qué mal ha hecho?
No tenían de qué acusarle
No tenían pruebas verdaderas
Nadie tenía argumentos


CORO2 ¿Qué mal ha hecho?
Nadie supo responder
Y, el silencio fue la respuesta
Nadie fue capaz la verdad decir
CORO1 Nadie dijo
¡Sanó enfermos!
Nadie dijo:
¡Amó a los pecadores!
CORO2 Nadie dijo
¡Resucitó a un muerto!
Nadie dijo
¡Fue sincero y veraz!
Nadie dijo
¡Habló de parte de Dios!
COROS Perdón, Señor, por no hablar de Ti y por mis silencios
Perdón, Señor, porque cuando hablan mal de la Iglesia, guardo silencio
Perdón, Señor, porque con mi silencio soy cómplice de quien te ofende
Perdón, Señor, por no reconocer lo bueno en las personas
Perdón, Señor, por no alegrarme y felicitar a quien logra un éxito

SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS CARGA CON LA CRUZ

CORO1 Se había firmado la sentencia
No reconocieron a Jesús por Rey
Mintieron y reconocieron al César por Rey
CORO2 Y Jesús cargó con la cruz
Sobre sus hombros la cruz
CORO1 Y Jesús cargó con mi cruz
Sobre sus hombros mi cruz
CORO2 ¡Jesús! En ése madero está mi historia
En ése madero están mis debilidades
CORO1 Allí están mis miedos
Allí está mi enfermedad
CORO2 Allí está lo que escondo y me da vergüenza
Allí está mi egoísmo
CORO1 Allí está mi mentira
Allí está mi adulterio
CORO2 Allí está mi prejuicio
Allí está mi falta de tolerancia
CORO1 Allí está mi vicio
Allí están mis palabras hirientes
CORO2 Allí está mi odio
Allí está mi incomprensión
COROS Señor, camino junto a ti y siento llevas todas mis dolencias
Señor, camino junto a ti y me veo en tu cruz
Señor, camino junto a ti y siento me llevas en tus hombros
Señor, ¿por qué llevas mi cruz?
Señor ¿por qué llevas mi cruz?

TERCERA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ

CORO1 El profeta Isaías anunció:
"No tenía apariencia ni presencia
No tenía aspecto que pudiéramos estimar
Despreciable y desecho de hombres"
CORO2 "Y, con todo eran nuestras dolencias las que Él llevaba,
y nuestros dolores los que soportaba
Nosotros lo tuvimos por azotado
herido de Dios y humillado"
CORO1 "Él ha sido herido por nuestras rebeldías
molido por nuestras culpas
tras arresto y juicio fue arrebatado
Él se humilló y no abrió la boca".
Esto anunció el profeta Isaías.
CORO2 Señor Jesús caíste y te pusiste en pie
Fuiste azotado
fuiste golpeado y estabas herido
CORO1 Señor, caminas y mis pecados doblan tus rodillas
Señor, caminas y todos se ríen de tu caída
Señor, caminas y nadie en tu desgracia te ayuda
CORO2 Señor, perdón por no ayudar a un semejante cuando cae en desgracia
Señor, perdón por reírme de la caída de otros
Señor, perdón por ser indiferente ante los más débiles
Señor, perdón por ser indiferente ante un alcohólico y drogadicto
COROS Señor, perdona nuestra indiferencia
Señor, perdona nuestra vergüenza
Señor, perdona nuestra insensibilidad
Señor, perdón por no levantar a un familiar en su debilidad.


CUARTA ESTACIÓN
JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE


CORO1 Caminaba en silencio
Miraba y no comprendía
Caminaba en silencio
CORO2 Caminaba en silencio
a su Hijo acompañaba
Caminaba en silencio
en silencio sufría
CORO1 Muchas madres en silencio caminan
Muchas madres sin comprender miran
Muchas madres por un hijo sufren
CORO2 Muchas madres, por un hijo trasnochan
Muchas madres, por un hijo lloran
Muchas madres, por un hijo sueñan
Muchas madres, en silencio sufren
CORO1 María, Madre sufriente
María, respetuosa y herida
María, fuerte y sentida
María, en silencio sufrida
CORO2 Madres, de hijos perdidos
Madres, de hijos ingratos
Madres, de hijos enfermos
Madres, de hijos ausentes
Madres, de hijos en cárcel
Madres, de hijos partidos
COROS María, mujer de esperanza
María, mujer fortaleza
María, del dolor el consuelo
Por tantas madres, por muchas sufridas
de dolores Tú sabes,
consuela su herida.








QUINTA ESTACIÓN
SIMÓN DE CIRENE AYUDA A JESÚS


CORO1 No eras su amigo y, fuiste obligado
no sabías quién era.
Jesús muy dolido ya había caído,
CORO2 Pudiste negarte y seguir tu camino,
decir: no me importa el dolor del sufrido
Tu hombro prestaste generoso y curtido
bastaron y ejemplo te has convertido
CORO1 Simón de Cirene hoy faltan y muchos
no hagan del árbol un leño caído
Simón de Cirene los veo ayudando
a enfermos, heridos y hermanos dolidos
CORO2 Señor Jesucristo quisiera de veras
Simón de Cirene hoy ser convertido
Señor Jesucristo quisiera de veras
ayúdame siempre no verte caído.
COROS Pudiste negarte y seguir tu camino,
decir: no me importa el dolor del sufrido
Tu hombro prestaste generoso y curtido
bastaron y ejemplo te has convertido
Simón de Cirene hoy faltan y muchos
no hagan del árbol un leño caído
Simón de Cirene los veo ayudando
a enfermos, heridos y hermanos dolidos
Señor Jesucristo quisiera de veras
Simón de Cirene hoy ser convertido
Señor Jesucristo quisiera de veras
ayúdame siempre no verte caído
SEXTA ESTACIÓN
UNA MUJER LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS


CORO1 "Y, Yo no me resistí ni me hice atrás,
ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban,
mis mejillas a los que tiraban mi barba,
no escondí mi rostro
a los insultos y salivazos"
CORO2 Así escribió el Profeta Isaías
en el Tercer Canto del Siervo de Yahvé

CORO1 Integro y firme, Jesús no escondió el rostro
Su rostro estaba golpeado y ensangrentado
Su rostro tenía tierra y escupos
Su rostro tenía heridas y golpes
CORO2 Era el Amor de Dios herido
Era un rostro desfigurado
Era el rostro de mi Dios, el Hijo Amado
COROS "Y yo no me resistí ni me hice atrás
ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban
mis mejillas a los que tiraban mi barba
no escondí mi rostro
a los insultos y salivazos"
CORO1 Perdón Señor, por apartar la vista de rostros dolidos
Perdón Señor, por voltear la mirada ante un rostro herido
CORO2 Perdón Señor, por no mirar tu rostro en un pobre
Perdón Señor, por no mirar tu rostro en un enfermo
CORO1 Perdón Señor, por favorecer y atender bien a un rostro lindo
Perdón Señor, por postergar y apartar un rostro curtido
COROS Señor ayúdanos a descubrir en cada rostro tu mirada
Señor, enséñanos a limpiar los rostros dolidos
Señor, ayúdanos a alegrar un rostro triste
Señor, enséñanos amar un rostro sufrido


SÉPTIMA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ


CORO1 El Profeta Isaías anunció:
"No tenía apariencia ni presencia
no tenía aspecto que pudiéramos estimar
despreciable y desecho de hombres"
CORO2 "Y con todo eran nuestras dolencias las que Él llevaba
y nuestros dolores los que soportaba
nosotros lo tuvimos por azotado
herido de Dios y humillado"
CORO1 "Él ha sido herido por nuestras rebeldías
molido por nuestras culpas
tras arresto y juicio fue arrebatado
Él se humilló y no abrió la boca"
Eso dijo el profeta Isaías
CORO2 Simón de Cirene se cansó
solo un par de estaciones contigo caminó
y a caer vuelves Jesús por mí.
CORO1 Que fácil es renunciar ante cualquier dificultad
Y, Tú, Jesús otra vez por mí te levantarás
Deja contemplar y admirar
deja tus rodillas, manos y cuerpo sanar.
CORO2 Sí Señor, decimos ¡Otra vez!
Al ver a un hijo en lo mismo caer
¡Otra vez! Al ver a otro equivocar volver
COROS Ayúdanos ver las caídas y dolor causadas por mí
Ayúdanos en cada caída poder continuar
Ayúdanos para no volver a caer
Ayúdanos para otros no hacer sufrir
OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN


CORO1 Jesús se olvida de su dolor
es capaz, en su tragedia, los llantos escuchar
Jesús se olvida de su dolor
se detiene a consolar
CORO2 ¡No lloren por mí!
Jesús se olvida de su dolor
¡No lloren por mí!
Se detiene a consolar
CORO1 Hay enfermos que a todos quieren a sus pies
Hay enfermos que les gusta manejar
Hay enfermos tiranos del amor
CORO2 Hay enfermos que da gusto visitar
Hay enfermos que nos hacen reír
Hay enfermos que se olvidan del dolor
Hay enfermos que saben consolar
CORO1 Jesús se detiene a consolar
Jesús se olvida de su dolor
Hay enfermos que saben consolar
Hay enfermos que se olvidan de su dolor
COROS ¡Oh, Jesús!
Nunca dejas de enseñar
que olvidando el dolor
siempre puedes consolar
Perdón por querer manejar
a quienes mi dolor buscan aliviar
Perdón por no sentir
y en mi cama enfermedad,
y tu cruz me pides hoy llevar







NOVENA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ


CORO1 El Profeta Isaías anunció:
"No tenía apariencia ni presencia
no tenía aspecto que pudiéramos estimar
despreciable y desecho de hombres"
CORO2 "Y con todo eran nuestras dolencias las que Él llevaba
y nuestros dolores los que soportaba
nosotros lo tuvimos por azotado
herido de Dios y humillado"
CORO1 "Él ha sido herido por nuestras rebeldías
molido por nuestras culpas
tras arresto y juicio fue arrebatado
Él se humilló y no abrió la boca"
Eso dijo el profeta Isaías
CORO2 Jesús, todo lo que enseñaste.
Todo lo que dijiste,
Tú, en tu propia vida lo hiciste
CORO1 Dijiste, Jesús:
"Si el grano de trigo no cae en tierra y muere
queda solo,
pero si muere da mucho fruto"
CORO2 Otra vez caes en tierra
Eres ese grano de trigo
y nosotros somos tu fruto
COROS Tus caídas no fueron en vano
caíste para morir y resucitar
Nosotros somos tu cosecha
que hoy te queremos adorar










DÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

CORO1 Jesús fue expuesto.
Le humillaron y expusieron su cuerpo herido
No respetaron su dignidad
COROS "Se han repartido mis vestidos
Han echado a suerte mi túnica"
CORO2 Al hablar mal de otra persona
El comentar la debilidad de una persona con otros
El destacar siempre lo malo de otro
CORO1 El juzgar las acciones de otras personas
El buscar debilidades de otros y omentarlas
El deshonrar a un vecino
CORO2 El hacerse parte de un mal comentario
El complacerse en escuchar y divulgar cosas de otros
El dejar mal a un hermano de comunidad
COROS "Se han repartido mis vestidos
Han echado a suerte mi túnica"
CORO1 Es hacer lo mismo que hicieron con Jesús
Es despojar de la honra y dignidad de una persona ausente
CORO2 Es hacer lo mismo que hicieron con Jesús
Cuando sin pruebas hablamos de otro mal
COROS Señor Jesús, perdón por las veces que hemos desprestigiado a otro
Señor Jesús, perdón por atentar contra la dignidad de otro
Señor Jesús, perdón por desnudar la intimidad de otro
COROS "Se han repartido mis vestidos
Han echado a suerte mi túnica"
DÉCIMA PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

CORO1 Igual que truenos suenan los golpes
Los golpes de martillo sobre los clavos
Te encoges y sufres en silencio
Estás siendo crucificado
CORO2 La creación toda, comienza a callar.
Callan los ríos, callan los mares
callan las aves, calla el viento
Estás siendo crucificado
CORO1 Eres levantado en la cruz
eres expuesto otra vez
Todos te ven, en silencio te ven y
sobre tu cabeza un letrero improvisado
COROS ¡Éste es Jesús, el rey de los Judíos!
CORO2 Y, el pecado rompe el silencio
Te gritan e insultan
No te reconocen, te desafían
COROS ¡Sálvate a ti mismo!
¡Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz!
¡Sálvate a ti mismo!
¡Si eres Hijo de Dios, baja de la cruz!
CORO1 La creación esperando en silencio quedó
El cielo oscureció
La tierra tembló
CORO2 La tierra tembló
El cielo oscureció
La creación esperando en silencio quedó
COROS La tierra tembló
El cielo oscureció
La creación esperando en silencio quedó
DÉCIMA SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS MUERE EN LA CRUZ


CORO1 Nada más podían hacer
solo esperar su pronto final
Clavado en la cruz todo cumplió
con fuerte grito Jesús expiró
CORO2 La tierra abajo muy fuerte tembló
La voz por quien fue, el hombre calló
Clavado en la cruz al hombre salvó
y con fuerte grito Jesús expiró
CORO1 En cruz injusta vemos morir
a muchos sin culpa por bomba letal
maldad, ceguera del hombre actual
a Cristo lo matan por falso ideal
CORO2 Estrellas lejanas apagan su luz
Los soles y astros a una sin más
se sienten sin fuerza, su sol expiró
la tierra toda a oscuras quedó
CORO1 Me muero, Jesús, al verte morir
me duele, Jesús, no estar junto a ti.
Quisiera estar al verte morir
en cada enfermo y frío hospital
COROS María en silencio su hijo lloró
la muerte de hijo que es Salvador
María en silencio su hijo lloró
injusto dolor de un hijo en la cruz
Un soldado cuidando a Jesús en la cruz
con lanza iluminado gritó:
¡Éste es Hijo de Dios!
¡Es Hijo de Dios!
DÉCIMA TERCERA ESTACIÓN
EL CUERPO DE JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ

CORO1 Tenía poder y más fuerza que el viento
Tenía poder y más fuerza que el mar
Viento y mar un día calmó
CORO2 Tenía poder y enfermos sanó
Tenía poder y muertos resucitó
Tenía poder demonios venció
COROS No quiso escuchar desafío mortal
No quiso probar ser Hijo de Dios
No quiso bajar con vida de cruz
Quiso hacer de Dios voluntad
por eso murió clavado en la cruz
CORO1 Su cuerpo no puede fiesta opacar
y hay que bajarlo urgente sin más
Se acerca la Pascua no puede estar
y hay que bajarlo urgente sin más.
CORO2 Molestan las gentes en calles de elite
Molestan los pobres, impiden vivir
Molestan los niños, su juego y pedir
Molestan los viejos, no dejan salir.
COROS En ellos, Jesús, te bajan sin más
Molestan, urgente hay que sacar
Los pobres molestan hay que cambiar
Los viejos molestan hay que asilar
Molestan, molestan como Tú en la cruz
COROS Jesús, por amor te quiero bajar
me duele el verte inocente colgar
Jesús, con mi vida te quiero envolver
que verte así me siento morir
DÉCIMA CUARTA ESTACIÓN
JESÚS ES PUESTO EN EL SEPULCRO
CORO1 "Al atardecer vino un hombre rico
de Arimatea llamado José
que se había hecho también
discípulo de Jesús"
CORO2 "Se presentó a Pilato
y pidió el cuerpo de Jesús
Entonces Pilato
dio la orden que se lo entregasen
Y, José tomó el cuerpo,
lo envolvió en una sábana limpia"
CORO1 "Y, lo puso en un sepulcro nuevo
Luego hizo rodar una gran piedra
hasta la entrada del sepulcro y se fue"
CORO2 "Los sumos sacerdotes y fariseos
temían que sus discípulos
robasen el cuerpo de Jesús
para decir que resucitó
Autorizados por Pilato,
ellos fueron y aseguraron el sepulcro
sellando la piedra y poniendo guardias"
COROS Sepultado tres días Jesús quedó
custodiado por guardias de lanza mortal
Tres días la creación en duelo vivió
tres días el hombre perverso acechó
CORO1 En el silencio una madre creyente esperó
En el silencio una madre creyente consoló
CORO2 Tres días Padre Dios vivió su dolor
por Hijo Amado sepultado en rencor
Tres días Padre Dios su Hijo esperó
a su Hijo triunfante de muerte y dolor
COROS Tres días la creación en duelo vivió
Tres días el hombre perverso acechó
Tres días Padre Dios su dolor vivió
por Hijo Amado sepultado en rencor
DÉCIMA QUINTA ESTACIÓN
JESÚS RESUCITÓ

CORO1 La creación toda quieta está
respeta de Dios su grande dolor
Ansiosa el rostro espera de Dios
Toda ella espera su voz
CORO2 Espera una madre
Esperan sus discípulos
Esperan los muertos
Todo es vigilia y espera
COROS ¡Ustedes no teman!
dijo el ángel –
Jesús el crucificado
¡No está aquí!
¡Ha resucitado!
¡No está aquí!
¡Ha resucitado!
CORO1 La espera termina y el miedo huyó
La muerte vencida en Cristo murió
CORO2 Estrellas y soles se visten de luz
los soles ordenan sus astros girar
El cielo se viste de azul y cantar
las aguas pintan de todo verdor
COROS ¡Ustedes no teman!
dijo el ángel –
Jesús el crucificado
¡No está aquí!
¡Ya resucitó!
¡No está aquí!
¡Ya resucitó!
¡Vayan y digan!
¡No está aquí!
¡Ya resucitó!

EL PADRE NUESTRO

¡PADRE NUESTRO!
¡Siete posibilidades!

Todo tiempo, es propicio y bueno para reflexionar, descubrir y profundizar en la gran cátedra de Jesús acerca de la oración.
¡Maestro! ¡Enséñanos a orar! – fue la petición de un discípulo.
Jesús, respondió de un modo magistral.
Siete fueron los tópicos que indicó.
¡Siete posibilidades para alcanzar el Reino de Dios!
¡Siete modos distintos de vivir el Evangelio!
¡Siete invitaciones para alcanzar la felicidad y santidad!
(Entre paréntesis podrá leer el texto en latín.)
Padre Nuestro, que estás en el cielo
(Pater noster, qui es in caelis)....
Santificado sea tu Nombre
(sanctificetur nomen tuum)
Venga tu Reino
(adveniat regnum tuum)
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo
(Fiat voluntas tua, sicut in caelo, et in terra)
Danos hoy nuestro pan de cada día
(Panem nostrum supersubstantialem da nobis hodie)
5 Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quien nos ofende
(Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris)
No nos dejes caer en tentación
(Et ne nos inducas in tentationem)
Líbranos del mal
(Sed libera nos a malo)
Imposible es, vaciar el inmenso océano en un hoyo hecho en la húmeda arena de una playa. La misma imposibilidad es manifiesta ante la cátedra de Jesús. Imposible será abarcarla toda, acabar cada enseñanza o decir todo acerca de cada una de ellas.
Le sugiero, ocupe siete días hábiles para meditar en cada una de las enseñanzas de Jesús. Comparta este documento con su familia o con los hermanos de su comunidad, .amigos y compañeros de trabajo.
Y, cuando ore con el Padre Nuestro, comprométase con una de las siete recomendaciones de Jesús. ¡Una sola!
Y ésa, hágala vida.



¡Santificado sea tu Nombre! (Sanctificetur nomen tuum)

¡Primera invitación para alcanzar la Felicidad y Santidad!
¡Primer sentido de Vida!

Muchos son los textos del Pentateuco (5 primeros libros de la Biblia) que nos hablan de esta realidad. Es uno de los mandatos del Decálogo transmitido por Moisés a su pueblo (Presento dos de sus fuentes: Exodo 20,7; Deuteronomio 5,11)
Para santificar el Nombre de Dios no hay recetas, pero sí algunas certezas:
¡Hacer las cosas buscando su gloria y no la propia! Uno de los síntomas más claros, para saber si las cosas se han realizado para santificar su Nombre y no el propio, es cuando en una actividad de la junta vecinal o del colegio, en el trabajo, en la Comunidad Cristiana o Congregación o, al término de año su nombre es olvidado. ¿Qué pasa entonces? Se arguye el derecho de ser reconocido, de ser "nombrado", es decir; que su nombre se escuche, se mencione. ¡Importa tu nombre! No se siente considerado(a), ni reconocido(a) ¡Esa es la verdad!... eso no significa consentir que otros se adueñen de sus logros, ideas o sacrificios personales, eso es otra cosa.

Otra certeza.

El santificar el Nombre del Señor, no es solo un acto individual, no para "usar línea directa con Dios". También debe hacerse en comunidad, sea en una Parroquia y Misa dominical. Es decir, tiene una dimensión comunitaria, eclesial. No es un acto aislado.
Santificar el Nombre de Dios es, ni más ni menos, pronunciar su Nombre, es bendecirle y alabarle por su Nombre ¡Jesús! para que ante(...)"el nombre de Jesús, toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos"(...) Filipenses 2,10. ¡Eso es!
Santificar el Nombre del Señor es, a modo de ejemplo; no contar, permitir o consentir chistes donde, el Nombre de Jesús se mencione y sea motivo de risa. Hay que respetar y "hacer respetar" el Nombre de Jesús, porque no hay en la tierra Nombre más sagrado que este.
Además, cuando uno vive para santificar el Nombre de Dios, las cosas y adversidades a superar o los sacrificios en la vida, "no valen la pena", ¡Valen la Vida! ¡Valen Jesús! ¿Lo había pensado así?
Santificar el Nombre de Dios, es hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien, para que éstas despierten en los demás la admiración pero, esa admiración debe ser explicitada y acompañada de una confesión de fe: ¡Lo hago en Nombre de Jesús! Lea en el libro de los Hechos de los Apóstoles la curación de un tullido (Hechos 3,1 – 11) Allí está la esencia de hacer las cosas en el Nombre de Dios; hace posible que un hombre se levante, camine y bendiga al Señor Jesús.... lea además el capítulo 4, porque Santificar el Nombre de Dios, trae problemas, persecuciones y dificultades pero, acompañada por la promesa de Jesús: "estaré con Uds. Todos los días hasta el fin del mundo"


¡Venga tu Reino!
(Adveniat regnum tuum)

¡Segunda invitación para alcanzar la Felicidad y Santidad!
¡Segundo sentido de Vida!
Quien medita en ésta realidad, ciertamente, ruega que algo venga o suceda. Ese algo es bien definido: el Reino de Dios Y, esto no solo se debe pedir de rodillas o sentado en una actitud piadosa y pasiva sino, además, de pie ¡Presto! ¡Despierto!. El "Venga tu Reino" no es para los tibios, cómodos y flojos. No es para los indiferentes o, para quienes acomodan el Evangelio a su vida o situación. ¡No! ¡Es algo muy serio y comprometedor!
Lo escribo de un modo directo y simple: ¡Es de alto riesgo! ¡Eso es! Y, Jesús lo tenía muy claro: ser injuriado y perseguido.(Mateo 5,11-12) ¡Venga tu Reino!, es proponer a la sociedad, un camino distinto a los caminos del hombre que, construye una vida y sociedad solo sustentada en ideologías, acuerdos económicos, logros científicos y tecnológicos, éxitos personales, etc. Es construir una sociedad, una ciudad, un país, un vecindario, un colegio, el mundo laboral, una familia, con los criterios de Dios.

Cito un texto que se atribuye a una oración de San Francisco de Asís a modo de ejemplo: (...)" Haz de mi un instrumento de tu paz, que donde haya odio ponga amor, donde hay ofensa ponga perdón, donde hay discordia ponga unión, donde hay tristeza ponga alegría, donde hay duda ponga fe, donde hay error ponga verdad, donde hay tinieblas ponga tu Luz. Maestro, te pido me preocupe más en consolar que en ser consolado, más en comprender que en ser comprendido, más en amar que en ser amado"(...) ¡Esto es Venga tu Reino!
El ¡Venga tu Reino! exige, necesariamente, creer y vivir las Bienaventuranzas o lo que llamo yo, el camino hacia la Felicidad Eterna.

¿Sabe, usted, que Jesús llama felices a los que trabajan por su Reino?
Tiene que ser pobre de espíritu, no soberbio. Será feliz
Tiene que ser manso, no violento ni agresivo. Será feliz.
Tiene que saber llorar, no ser insensible, duro o indiferente. Será feliz.
Tiene que ser misericordioso, es decir; hacer suya la miseria del otro en su propio corazón. "Dar hasta que duela", como propuso San Alberto Hurtado. Será feliz.
Tiene que ser limpio de corazón, es decir; ser casto, vivir sin prejuicios, no vivir pensando mal movido por la envidia. Será feliz.
Tiene que trabajar y buscar, cual hombre hambriento y sediento la Justicia pero, con las herramientas de la Verdad. Será feliz.
Tiene que trabajar y buscar la Paz. Será feliz.
Lea el camino de la Felicidad o el de las Bienaventuranzas (Mateo 5,1-12)
¡Es la propuesta y voluntad de Jesús!



Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo
Fiat voluntas tua, sicut in caelo, et in terra

¡Tercera invitación para alcanzar la Felicidad y Santidad!
¡Tercer sentido de Vida!

El "Hágase tu Voluntad", no admite fatalismos, es decir; ante una situación dolorosa o muy adversa, el hombre tiende a ver en ella, la voluntad de Dios. La muerte, una enfermedad, la cesantía, una separación dolorosa, una injusticia.... todas estas realidades son tortuosas y, perdone mi intransigencia, Dios; el Padre Nuestro, jamás querrá algo malo para nosotros. Él, que es la Suma Bondad, Él que es; en su esencia, Amor, jamás desearía el mal para sus hijos. ¡Jamás! Y, empeño mi vida responsablemente para afirmar que, esto es una verdad absoluta. (lea el salmo 102). Y Jesús lo firmó en la cruz.

Afirmo que, quien diga a otra persona que es "voluntad de Dios" el sufrimiento ante una situación de sumo dolor y aflicción,... ésa persona, no conoce al Dios verdadero, es una persona que postula el fatalismo y no el cristianismo.
Una recta y sana actitud del hombre, frente a la Voluntad de Dios, está reflejada maravillosamente en el salmo 119,1 - 176. No deje de leer y orar con el salmo.
La Voluntad de Dios, es el deseo de Dios. He aquí algunos de ellos.
0
(...)"Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Como yo los he amado, ámense ustedes los unos a los otros"(...) Juan 13,34
(...)"Que todos sean uno. Como Tú, Padre, en mí y yo en ti"(...) Juan 17,21
(...)"Padre, quiero que donde yo esté estén también conmigo"(...) Juan 17,24
(...)"Sígueme"(..) Juan 21,19
(...)"Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldigan, rueguen por los que los maltratan"(...) Lucas 6, 27-28)
(...)"El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo vuestro"(...) Mateo 20,26-28.
Lea los Evangelios buscando la Voluntad de Dios. Los deseos de Jesús son muchos.
Queda claro que, hacer la voluntad de Dios no es tener una actitud servil, de una entrega ciega, de una actitud de entrega a un dios caprichoso del cual somos una especie de títere en sus manos. ¡Somos Hijos de Dios! ¡No somos títeres de un dios caprichoso!
Es más, Jesús dijo a sus discípulos y a nosotros lo siguiente: (...)" No los llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace su amo, a ustedes los he llamado amigos, porque todo lo que he oído de mi Padre se los he dado a conocer"(...) Juan 15,15
Vuelva a leer las Bienaventuranzas, el Camino de la felicidad. ¡Esa es la voluntad de Dios!



Danos hoy nuestro pan de cada día
(Panem nostrum supersubstantialem da nobis hodie)

¡Cuarta posibilidad para alcanzar el Reino de Dios!
¡Cuarto modo para vivir el Evangelio y ser un buen Testigo (mártir)!
¡Cuarta invitación para alcanzar la Felicidad y Santidad!
¡Cuarto sentido de Vida!
El pan, tiene una connotación muy especial. Está directamente relacionado con la familia, con la comunión o interés común de personas cercanas o estrechamente vinculadas. No con reuniones de trabajo... ¿Ha visto o participado en un desayuno de trabajo, sea ministerial, edilicio, o de cualquier empresa o institución con "pan"?... ¡El café va acompañado de galletas y no de pan!... ¿Por qué el pan se excluye de ese tipo de reuniones desayuno?
El pan es algo muy necesario. No hay "once" sin pan... le falta lo más importante (aunque nada haya para untarle). El pan es pan. Nada le reemplaza.
¿No ha tenido que caminar y caminar, sin considerar el calor, las distancias o la lluvia alguna vez en su vida, porque en el negocio o panadería "se acabó" el pan?
En muchos hogares no se admite y se sigue enseñando que "jamás hay que tirar el pan" ¿Cuál es la razón de fondo?... la respuesta es simple...¡Porque el Pan tiene una connotación sagrada! ¡Es tirar o despreciar una bendición! Todos sabemos que Jesús, celebró la última Cena con Pan. Lo bendijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos.
La carencia de pan en una casa, es sinónimo de pobreza, incluso de lamentación.
Uno podría vivir sin comer pan. Hay otros productos que lo reemplazan, pero ningún producto tiene el sabor del pan. Ninguno su forma, su esencia y lo que "significa".

Pan es alegría, unidad, paz, cercanía, diálogo, acogida, generosidad, esfuerzo, logro, alimento, fraternidad, sacrificio, abundancia, perdón, entrega, bendición. ¡Bendición!
¡Eso pedimos! ¡Danos hoy nuestro pan de cada día!
Y, junto con pedirlo, hay que hacerlo posible en la vida de los demás.
Danos el don de la alegría y de la unidad familiar. Danos la capacidad de compartir en forma generosa. Bendícenos con todo eso. ¡Danos hoy nuestro Pan de cada día!
Danos el don del diálogo y del encuentro en nuestras familias. ¡Es el pan de cada día!
Necesitamos de la unidad, de la alegría, del cariño y ternura, ser acogidos, necesitamos de la fraternidad, del perdón. ¡Es el Pan nuestro, de cada día, para ser felices!

¡Pídalo para darlo y compartirlo!
Pida alegría para dar alegría.
Pida paz para dar paz.
Pida el perdón de Dios, para regalar el perdón.
Pida bondad para acoger con cariño...... es el Pan Nuestro de cada día que muchos necesitan....



Perdona nuestras ofensas......
(Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris)

¡Quinta invitación para alcanzar la Felicidad y Santidad!
Meditemos sobre la palabra Per-don (así, separado por un guión). Significa volver, reponer, nuevamente El Don, es decir; el regalo que se había dado. ¡Eso es! Y, ¡gratis!
¿No hace eso con su mejor amigo(a)? ¿Vuelve a confiar o depositar su confianza en él o ella? ¿Con su pareja? ¿Con su hijo(a)? Es volver a dar el don de la amistad, del amor.
El per-donar, es un acto gratuito, libre. Es un acto donde se expresa y se hace manifiesto que el hombre es un señor(señorea) que administra una gracia. ¡Gratis! ¡Porque sí!
El dar o regalar el perdón no pasa, necesariamente, por exigir a la otra persona que se humille y se arrastre ante usted. Es verdad que, pueden ser muchas las situaciones de dolor que lo hagan humillar y tramitar "a la otra persona", incluso socialmente vejarla para que alcance "su perdón condicionado" (por ejemplo una infidelidad o traición que tanto duele), pero ésa no es la idea, ni la Voluntad de Dios.

(...)"Pedro se acercó entonces y le dijo: Señor ¿Cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?. Jesús le responde ¡No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete!
¡Cuidado! Aquí no se trata de número..., eso sería una interpretación literal. Se trata de actitud ¡Actitud! El número siete, en el lenguaje bíblico, es sinónimo de perfección y, Jesús potencia mucho más esa perfección de la Ley ¡Setenta veces siete!
Vamos un poco más allá de la letra. Para dar el perdón, hay que AYUDAR a que el otro se acerque, se arrepienta y venga a uno para pedirle nuevamente la gracia de la confianza, la gracia del cariño, la gracia del amor. ¿No le ha pasado que está arrepentido y quiere pedir perdón o disculparse y, la otra persona tiene tanta odiosidad en su corazón, tanto dolor que, ni siquiera le saluda o le da la posibilidad de acercarse a ella? ¡Ud! ¿Ha hecho lo mismo? Recuerde lo que hizo el papa Juan Pablo II ¡Fue a la cárcel a visitar al hombre que intentó asesinarlo! Lea con mucha atención y fíjese bien en la "actitud" del padre del hijo pródigo (Lucas 15,1-25) El padre, "conmovido corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente" (al hijo) ¡De eso se trata!.
Y, Jesús, nos presentó un camino bien claro para corregir al pecador (Mateo 18,15-17)
Así como nosotros perdonamos ¡Señor, perdona nuestras ofensas!
Y, por último un breve comentario sobre un error.
Se dice que el hombre disculpa y Dios perdona. ¡Falso! Jesús nos dio el poder de perdonar "A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados, a quienes se los retengáis, les quedan retenidos" (Juan 20,23)



No nos dejes caer en tentación.
(Et ne nos inducas in tentationem)

¡Sexta invitación para alcanzar la Felicidad y Santidad!
La tentación es el acto de querer algo que, de antemano, se sabe no está a nuestro alcance o que, no nos es permitido (la conciencia nos advierte de ello). La tentación tiene mucho de riesgo. La tentación puede pasar desde el inocente "darse un gustito", hasta situaciones futuras de estrechez económica, o de malestares físicos, sanciones morales o de carácter social e incluso penal.
La maldad de la tentación, no está en sí misma, sino en los medios usados y, en la concreción misma de ésta. El consentir y concretar una tentación dice relación con una insatisfacción temporal, algo pasajero y, normalmente la persona "sabe", está "consciente" que, tal acción traerá consecuencias futuras. En otras palabras, ninguna persona "tentada" ignora que, lo que hará o dejará de hacer, no tendrá repercusiones y/o consecuencias tanto personales como sociales.
El hombre está llamado a alcanzar la Felicidad, la Bondad, la Belleza, la Justicia y la Verdad (trascendentales del ser). Es lícito que siempre las busque y trate de alcanzar.
Lo complejo es que el demonio, nos las presenta como algo urgente, de vida o de muerte. Nos las presenta como la "única oportunidad"...(como el ¡Llame Ya!)

La tentación pone en juego un noble ideal, la voluntad y el recto uso de ella.
La tentación pone en juego la inteligencia y toda su potencialidad.
La tentación pone en juego la prudencia, la justicia y el sano juicio.
La tentación pone en juego la libertad y la administración de ésta.
La tentación pone en juego la verdad, la honradez y la humildad.
La tentación pone en juego la fidelidad, el amor y compromiso social (conyugal)
.La tentación pone en juego la vida, la salud, la belleza y la integridad física.
La tentación pone en juego la unidad, la familia y la justicia.
La tentación pone en juego la bondad, la paz y la tranquilidad de conciencia.
La tentación pone en juego la felicidad, la relación y cercanía con Dios.

¿Se da cuenta, en los diez puntos anteriores, lo que pone en juego la tentación?
¿Lo que podemos perder al sucumbir ante una tentación?

¡Eso es lo que Jesús no quiere para nosotros!
Por eso nos dijo pidiéramos al Padre:
¡No nos dejes caer en Tentación!



Líbranos del mal.
(Sed libera nos a malo. Amén)

¡Séptima invitación para alcanzar la Felicidad y Santidad!
Normalmente el mal se ve como algo lejos de uno. Por ejemplo una guerra, enfermedades y epidemias, desastres naturales. También el mal, se tiende a relacionar con lo misterioso, con lo oscuro (se le atribuyen colores, figuras en una carta, etc.), con todo lo que aparentemente no tiene respuesta lógica y precisa.
Lo que sí es claro es que, el mal no tiene su origen ni pertenece a la esencia de Dios. Las expresiones del mal o sus manifestaciones son claras en la mentira, en el odio, en la dispersión, en la violencia, en el mal uso del poder y, una larga lista que todos sabemos..
El mal siempre sorprende al hombre. Muchas veces, incluso, el hombre llega a cuestionar a Dios del por qué, Él, permite tanta barbarie. Sorprende, atemoriza y escandaliza al hombre.
La siquiatría tiene mucho que decir al respecto, porque es una ciencia que investiga el comportamiento del hombre. Muchos males tienen su cupo dentro del ámbito de la siquiatría, otros dentro del ámbito de la teología.

En lo religioso el mal se asocia al pecado y al demonio, el padre de la mentira, el sembrador de cizaña. Ya en los Evangelios aparece el demonio tentando a Jesús cuando le propone una alternativa política a su misión, ser una persona llena de gloria y de poder. (Mateo 4,1-11) . En el Evangelio de Marcos, el demonio aparece como el que quiere descubrir el secreto mesiánico y Jesús lo manda callar (Marcos 5,1-15). En sus discípulos es causa de discusión(Mateo 20,20-28).
Esta breve súplica nos debe orientar a pedir al Padre Nuestro que nos libre del mal y también del malo. Son muchas las realidades (males) de las cuales uno debe pedir ser liberado: del hombre que odia, del que tiene rencor en su corazón, del que vive de la mentira, del que vive sembrando rumores e indisponiendo a las personas entre sí, de la persona violenta y agresiva, de la persona que tiene una agresiva desconfianza, de la persona inconformista o del conformista cómodo, del ansia de poder, etc.

Por último, el "líbranos del mal", supone una voluntad recia y clara. Supone el apartarse de toda situación, circunstancia o persona que lo induzca al mal.
Supone la colaboración con Dios. Curioso ¿no le parece? Pero la verdad es que "la Gracia, supone la Naturaleza".Es un principio teológico, es decir; supone su inteligencia, su voluntad y su libertad.
Pida que Dios, el Padre Nuestro, lo libre del mal, de los males y del malo... insisto, poniendo de su parte, de su colaboración siendo recio y prudente
Por último, Amén significa ¡Cúmplase!
¡Que así sea!
¡Así es!

EL HOMBRE PREGUNTA A JESÚS

Sabemos por experiencia que se pueden formular preguntas con una recta intención, por simple curiosidad, con una intención no buena (capciosidad), con un interés por salir de la ignorancia, por aprender, porque la otra persona da la posibilidad de preguntar y genera inquietud por saber más, por saber de lo trascendente, de Dios.
Los tipos de preguntas son muchos.
Eso lo sabe bien una persona experta en Lenguaje y en Comunicaciones.
En ésta breve reflexión, trataré de agrupar las preguntas que hicieron a Jesús.
Hay de todos los tipos.
Tras cada una de ellas, hay una intención. Y, tras cada intención, una acción sabia, recta, verdadera y amorosa de Jesús.
Te invito para que, por medio de ésas preguntas realizadas a Jesús y, seleccionadas según los grupos de personas que se relacionaron con Él, puedas descubrir al Maestro, al Salvador, al Mesías, al Pastor, al Dios hecho Hombre.
En primer lugar, está la pregunta que hacen los discípulos de Juan el Bautista que, movidos por la curiosidad e indicaciones del mismo Juan, le siguieron:
¡Maestro! ¿Dónde vives?
En segundo lugar, la pregunta, llena de asombro y curiosidad que le formula Natanael, amigo de Felipe:
¿De cuándo me conoces?
Seguidamente están las tres preguntas que Nicodemo, magistrado judío, formula a Jesús cuando le propone, en una conversación privada, nacer de nuevo:
¿Cómo uno puede nacer siendo ya viejo?
¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?
¿Cómo puede ser eso?
San Juan, nos presenta otro diálogo de Jesús. Esta vez es con una mujer samaritana, con los que los judíos no tenían gran simpatía ni comunicación.
Son cuatro preguntas.
La primera, es llena de asombro e incredulidad:
¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?
La segunda, está marcada por la ignorancia, por el desconocimiento de la persona que, ésa mujer, tiene ante sí. No comprende sus palabras:
¿De dónde, pues, tienes esa agua viva?
La tercera pregunta, manifiesta algo más que asombro. Diría casi un escándalo religioso. Es maravilloso, cómo Juan expresa el momento de la mujer:
¿Es que tú, eres más que nuestro padre Jacob?
Y, por último, la cuarta pregunta que se hace - ahora - el pueblo samaritano al escuchar el testimonio de la mujer y de lo que le había sucedido. Impresiona apreciar cómo, San Juan, por medio de una pregunta, deja por escrito lo que, a la distancia, sucede con el hombre a partir de lo que Jesús dijo a una mujer. Es que, los hombres tanto de la tierra de Samaria y de Judá, esperaban al Mesías:
¿No será ése el Cristo?
San Juan presenta a los discípulos formulando una serie de preguntas.
La primera es, de asombro, expresa sorpresa:
¿Cuándo has llegado aquí?
La segunda reviste un aspecto legal y religioso. Se la plantean cuando están ante un mendigo ciego.
¿Quién pecó, él o sus padres, para que haya nacido ciego?
La tercera pregunta desvela un interés concreto: qué hacer para lograr lo que el Maestro les propone y exige. Reviste y trasluce todo un compromiso personal y colectivo frente a Dios.
¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?
La cuarta y quinta pregunta, trasuntan la inquietud ante la incertidumbre.
¿Cómo podemos saber el camino?
¿Qué pasa que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?
San Juan, presenta a la gente preguntándose acerca de los signos. Porque, ella, necesita de signos para creer:
¿Qué señal vas a realizar para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obras vas a hacer?
Y, también presenta a la gente interesada en la identidad del Hijo del hombre. En la identidad de Jesús. Presenta a una gente que no logra desentrañar y reconocer en Jesús al Mesías.
¿Quién es ése hijo del hombre?
Presenta a la gente, preguntándole acerca de quienes desean el mal para Él:
¿Quién quiere matarte?
También, los judíos (el pueblo en general), son presentados por San Juan con una serie de preguntas que, de una u otra manera, desvelan toda una intencionalidad y, también, ¿por qué no decirlo?: una curiosidad por saber ante quien – en definitiva – están.
No logran entender las enseñanzas y palabras de Jesús y los muestra estrechos de corazón para acoger su Palabra. Incrédulos:
¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?
¿Y tú lo vas a levantar en tres días?
Formulan una pregunta que se puede tomar bajo dos perspectivas:
Asombro ante su sabiduría y conocimientos de las escrituras sagradas, o bien bajo una mirada de menosprecio, porque, ellos, eran los estudiosos y los sabios ante el pueblo. Ellos tenían la competencia y autoridad:
¿Cómo entiende de letras sin haber estudiado?
Juan los presenta inquiriendo acerca de su origen, sobre su identidad:
¿Quién eres tú?
Las preguntas cuestionan y ponen en duda su autoridad:
¿Cómo dices tú: los haré libres?
¿Qué señal nos muestras para obrar así?
Por último, pone en boca de los judíos una pregunta que es mas bien una ofensa, una descalificación, un desprecio histórico y, una condenación. Le dicen que, en primer lugar, es un samaritano (no un judío) y, en segundo lugar, que es alguien totalmente alejado de Dios porque – según ellos – tiene un demonio:
¿No decimos, con razón que eres samaritano y que tienes un demonio?
Los escribas y fariseos, son presentados por Juan, con otro estilo e intencionalidad en sus preguntas.
Ante el caso de la mujer adúltera, preguntan para "probarlo" y, según sea la respuesta, tener un motivo de acusarle. La situación era muy complicada. Esa mujer debía morir apedreada según la Ley, ellos lo sabían y, sabían muy bien qué hacer en ésas circunstancias. Se unieron los expertos en las escrituras y los expertos en la aplicación de la Ley. Le preguntan, entonces:
¿Tú, que dices?
Seguidamente, podrás observar varias preguntas relacionadas con el origen de Jesús, con su historia, con su ascendencia. Una apunta directamente a su fama, a su autoconcepto y, la última de este grupo, va dirigida al lugar donde Jesús tiene a su Padre.
¿Eres más que nuestro padre Abrahám que murió?
¿Aún no tienes cincuenta años y ya has visto a Abrahám?
¿Por quién te tienes a ti mismo?
¿Dónde está tu Padre?
Una penúltima pregunta que pone San Juan en boca de los fariseos, está en el contexto de la sanación del ciego de nacimiento y que, es producto de una breve pero extraña descripción del juicio al que ha venido Jesús:
¿Es que nosotros también estamos ciegos?
Y, la última pregunta, está relacionada con una respuesta que, ellos esperan de Jesús para condenarle, incluso, producto de la respuesta de Jesús, los judíos trajeron piedras para lanzárselas
¿Hasta cuando vas a tenernos en vilo?
San Juan, antes del juicio de Pilato, estampa una pregunta de uno de los guardias del palacio de Anás, suegro del Sumo Sacerdote Caifás.
Si antes, las preguntas que hacían a Jesús, estaban llenas de intriga y mala intención, en ésta ocasión la pregunta está cargada de violencia. Es el primer golpe que recibe Jesús en pleno rostro.
¿Así contestas al Sumo Sacerdote?
San Juan, pone en boca de Pilato seis preguntas. Algunas están orientadas a descubrir el delito y otras, son de interés personal de Pilato. La última dice cierta impotencia ante la decidida voluntad de Jesús por hacer la voluntad de su Padre, cosa que Pilato nunca - en el relato del Evangelio – pudo aclarar ni dimensionar:
¿Eres tú el rey de los judíos?
¿Es que yo soy judío?
¿Qué has hecho?
Luego, ¿Tú eres rey?
¿Qué es la verdad?
¿De dónde eres Tú?
¿A mí no me hablas?
¿No sabes que tengo poder para soltarte y poder para crucificarte?
San Juan, recuerda seis preguntas, que Pedro realizó a Jesús. (Sin lugar a dudas que tuvo que haberle hecho muchas, muchísimas más)
La primera pregunta, se ubica en el contexto de la última cena y el gesto de Jesús en el lavado de los pies. Ese gesto, Pedro, no lo entiende, por ello realiza la pregunta desconcertado, asombrado, incómodo:
¿Lavarme tú a mí los pies?
Otra pregunta, está llena de estupor, espanto – tal vez – curiosidad e incredulidad ante la realidad de la traición. No la hace directamente Pedro pero, él, con un gesto, ordena que Juan la realice:
Señor ¿Quién es?
Dependencia, indefensión, confianza, arrojo, valentía, entusiasmo, fe, debilidad, entrega. En fin. Son muchas las conjeturas que podríamos sacar tras las preguntas de Pedro. Muchas.
¿Dónde vamos a ir?
Señor ¿Adónde vas?
¿Por qué no puedo seguirte ahora?
La última pregunta que se pone en boca de Pedro, tiene una clara alusión a la propia persona de San Juan.
Hay una suerte de celo por Jesús. Esto es una clara indicación o, constatación que Jesús eligió a hombres con limitaciones para que continuasen su obra.
No hay que quedarse con el descubrimiento de ésta realidad, sino con la respuesta de Jesús. Él sabe lo que hace y, hace todo lo que ha visto hacer a su Padre.
He aquí la pregunta:
Señor y éste ¿qué?
Querido hermano (a):
Esta reflexión, no fue pensada para que, tú, te quedes entrampado en las preguntas.
¡Busca en el Evangelio la respuesta a cada pregunta!
¡Eso!
¡Encuentra las respuestas!
¡Encontrando las respuestas, encontrarás a Jesús!
¡En las respuestas está Jesús!
Por eso, termino validando la pregunta que hizo el ciego de nacimiento después de recobrar la vista, gracias al milagro de Jesús:
¿Quién es, Señor, para que crea en él?
No lo olvides.
¡En las respuestas está Jesús!
¡Búscalo!

LOS DICHOS Y PREGUNTAS DE JESÚS

Jesús dijo muchas cosas. También hizo muchas preguntas.
En ésta breve reflexión, te invito a viajar por el Evangelio según San Juan para que puedas meditar su Palabra y contemplar a Jesús.
Antes que inicies este pequeño viaje, te recuerdo las últimas palabras del Evangelio:
"Hay, además, otras muchas cosas que hizo Jesús.
Si se contaran una por una,
pienso que ni todo el mundo bastaría
para contener los libros que se escribieran."
Así termina el Evangelio.
Por tanto, en ésta breve reflexión y viaje por las citas del Evangelio de Juan, sólo te encontrarás con algunas de las tantas palabras que dijo Jesús.
Llama la atención que, en el primer capítulo del Evangelio, aparece Jesús invitando, dice: "¡Vengan y lo verán!" y, luego vendrá la autoridad de su palabra, cuando propone: ¡Sígueme!. Y, en el último capítulo del Evangelio aparece en dos ocasiones el llamado a seguirlo.
No es casualidad que el Evangelio comience invitando y termine llamando.
¡Vengan y lo verán!.....¡Tú, Sígueme!
Jesús sabe que el hombre le busca, se da cuenta y se vuelve al hombre, es decir; se detiene y le ayuda en esa búsqueda. Eso hace. Dios hace eso. Se vuelve al hombre, Él toma la iniciativa y "respeta", dando la posibilidad para que el hombre lo conozca.
Te pregunta:
"¿Qué quieres?"
Veamos algunos rasgos de la delicadeza de Jesús para relacionarse con el hombre. Claro está que, ésta delicadeza, en nada excluye, la firmeza y la reciedumbre para hablar y expresarse con claridad, fuerza y autoridad frente al hombre
Él se deja seguir y toma la iniciativa posibilitando el encuentro.
¡Claro! Pero, antes de decir algo importante al hombre, fija su mirada en él.
Mira a los ojos.
Fija la mirada. Luego habla.
Observa bien antes de hablar. Mira y conoce.
Porque observa bien, conoce y ¡reconoce lo bueno del hombre!
Es capaz de reconocer y valorar las cosas buenas del hombre, cuando ha vivido sin engañar.
¡Jesús, ve y conoce!
Sabe ver, luego habla: "¡Este es un verdadero israelita...!".
Pero, no sólo sabe y puede ver lo que representa el hombre (lo externo) para hablar con justicia y verdad.
Sabe y puede ver lo más profundo del hombre, porque lo conoce.
Sabe y puede ver las intenciones del hombre. Lo que piensa en silencio.
Tiene más que buen oído para escuchar los murmullos. Conoce al hombre.
Por otro lado, podemos contemplar a un Jesús que habla con gran autoridad, movido por el celo de las cosas de su Padre. Habla con potente voz en el Templo de Jerusalén cuando se acercaba la fiesta de la Pascua: "¡Saquen esto de aquí!" . Lo dijo después de expulsar a todos los mercaderes y sus animales, y dar vuelta las mesas de los cambistas de dinero
Asombra la seguridad, autoridad y firmeza cuando habla frente a situaciones que, revisten y tienen gran expectación, curiosidad y ansiedad en los corazones de los hombres:
¡Vuelve a tu casa, tu hijo vive!
¡Levántate, toma tu camilla y camina!
¡Has sido curado! ¡No vuelvas a pecar!
¡El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra!
¡Yo tampoco te condeno! ¡Vete no vuelvas a pecar!
¡Esta enfermedad no es mortal, es para Gloria de Dios...!
¡Lázaro ha muerto!...¡Tu hermano resucitará!
¡Desátenlo para que pueda caminar!
¡Yo Soy la Resurrección y la Vida!
¡Envaina tu espada!
¡Yo, Soy Rey!
¡Soy yo! ¡No teman!
¡Haz pronto lo que tienes que hacer!
Dos veces dice tener sed. Lo que nos sumerge en su humanidad: se hizo hombre
La primera, ante la mujer samaritana, le pide que le dé de beber y, la segunda ocasión la encontrarás cuando está en la cruz. Ya no dice "dame de beber", sino que manifiesta un deseo de beber en otra situación y condición.
Pon ahora atención a las preguntas que Jesús hace, a lo largo del Evangelio.
¿Qué quieren?
¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?
¿Qué tengo yo, contigo mujer?
¿No sabes esto?
¿Quieres curarte?
¿Cómo pueden creer ustedes, que aceptan gloria unos de otros, y no buscan la gloria que viene solo de Dios?
¿Cómo van a creer en mis palabras?
¿Cómo vamos a comprar pan para que coman éstos?
¿Esto los escandaliza?
¿Y cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes?
¿También ustedes quieren marcharse?
¿No los he elegido yo, a ustedes, los Doce?
¿No es Moisés el que les dio la Ley?
¿Por qué quieren matarme?
¿Se enojan contra mí porque he curado totalmente a un hombre en sábado?
¿Dónde están? ¿Nadie te ha condenado?
¿Por qué no comprenden mi lenguaje?
¿Quién de ustedes puede probar que soy pecador?
¿Por qué no me creen?
¿Tú, crees en el Hijo del hombre?
¿Por cuál de ellas quieren apedrearme?
¿Cómo dicen que aquel a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo blasfema por haber dicho: "Yo soy Hijo de Dios"?
¿No son doce las horas del día?
¿Crees esto?
¿Dónde lo han puesto?
¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
¿Qué voy a decir? ¿Padre líbrame de ésta hora?
¿Comprenden lo que he hecho con ustedes?
¿Darás tu vida por mí?
¿Tanto tiempo estoy con ustedes y no me conoces Felipe?
¿No crees que Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí?
¿Andan preguntándose acerca de lo que dije: dentro de poco no me verán y poco después me volverán a ver?
¿Ahora creen?
¿A quién buscan?
¿Dices esto por tu cuenta o es que otros te lo han dicho de mí?
Mujer ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
¿Tienen pescado?
¿Me amas más que éstos?
¿Me quieres?
¿Qué te importa?
Las preguntas que hace Jesús, nos dicen mucho acerca de Él.
Pero, por otro lado, sus preguntas son un siempre presente. Ellas siguen sonando a través del tiempo e historia.
Hoy, te pregunta a ti:
¿A quién buscas?
¿Qué quieres?
¿Me Amas?
¿Tú, crees en el Hijo del hombre?
¿Por qué lloras?
¿Quieres curarte?
¿Darías tu vida por mí?
En fin.
Te dejo con las preguntas de Jesús.

JESUS Y LA VERDAD

Escribir acerca de la verdad, no es cosa fácil.
Quisiera iniciar esta reflexión con la pregunta que Pilato hace a Jesús:
"¿Qué es la verdad"
Es cierto que la verdad es algo que se dice, que tiene relación con la realidad, con algo que sucedió, con algo que se piensa y se manifiesta tal cual.
Y, Jesús, a modo de ilustración, se da cuenta cuando, en el diálogo y encuentro con la samaritana, ésta confiesa a Jesús su pasado y, Él, se lo reconoce. Impresiona constatar que, cuando la samaritana se da cuenta que Jesús reconoce con autoridad que ella ha dicho la verdad, le llama "Señor" porque, precisamente, Jesús ha venido al mundo para dar testimonio de la verdad.
Escribir y meditar sobre la verdad es, derechamente, escribir acerca de Jesús.
Pensar en la verdad, es mirar, adentrarse en Jesús, en sus palabras y testimonio.
San Juan, de una manera maravillosa y encantada, cuando describe a Jesús, dice que es "lleno de gracia y de verdad".
Lleno de verdad, porque lo que habla Jesús, no lo habla por su propia cuenta ni en beneficio propio sino que, todo lo que dice, lo dice con la única intención de buscar la gloria de su Padre.
Es más, Jesús, dice la verdad que ha escuchado de Dios. Nada dice por su cuenta, sino que dice todo lo que su Padre le comunicó porque, precisamente, vino al mundo para dar testimonio de la verdad.
Y, aún cabe la pregunta de Pilato : ¿qué es la verdad?
En nuestro caso, más que preguntarse – como Pilato - acerca de "Qué" es la verdad, hay que preguntar y plantearse: ¿"Quién" es la Verdad?
Es aquí donde nos encontramos con Jesús, el Dios Vivo.
Lisa y llanamente Él es la Verdad. Jesús no solamente dice la verdad sino que, Él mismo se presenta como la Verdad.
Jesús es la Verdad de Dios Padre.
Verdad que ha escuchado (oido de lo más íntimo y profundo de su Padre), de parte de Dios. Esto supone un estar con el otro, frente al otro, ante el otro. Supone un estado "siempre presente" de escucha que es mucho más que poner atención a otra persona. El escuchar a otro es un acto de amor, es una de las más máximas expresiones del amor.
Escuchar no es una acción pasiva. Es una acción de donación, regalo: doy mi tiempo, mi humanidad, renuncio a mis intereses inmediatos por el otro, para escucharlo y saber de lo suyo.
¡Eso hizo Jesús con su Padre!
¡Eso hizo antes de comunicarnos su Verdad!
¡Eso!
¡Antes de encarnarse como Verdad de Dios!
Esta Verdad de Dios, que nos llegó por Jesús tiene algunas características muy claras y de gran importancia para nuestra vida. Algunas de ellas son:
Nos hace libres y nos permite conocer a Jesús
Nos permite adorar al Padre como verdaderos adoradores
Nos permite verdaderamente, acercamos a la Luz (Dios)
Jesús, sabedor y conocedor de ésta Verdad y todo lo que, por medio de ella, otorga al hombre y la humanidad; no se queda con ella, sino que:
Se las entrega a sus discípulos y - por ellos - a nosotros
Ora a su Padre, le pide, que consagre en la verdad a los suyos (también a ti) reconociéndose Él mismo como la Verdad al decir "tu Palabra es verdad".
Posibilita al hombre para que le dé acogida en su corazón y, para que ésta (la verdad) sea conocida y reconocida por el hombre
Se compromete enviar el Espíritu de la Verdad y tras ésta promesa hay toda una revelación de la intimidad divina.
Es, precisamente, en ésta promesa que podemos contemplar una realidad asombrosa que, a cualquier cristiano le colma de gozo.
En primer lugar; este Espíritu de Verdad, Él lo enviará desde el Padre, porque procede (viene) del Padre.
Es el Padre quien tiene la autoridad, tanto para haberlo enviado a Él (Jesús) como para enviar a éste Espíritu que procede del Padre, en una clara alusión al Espíritu Santo que procede del Padre y del Hijo
En segundo lugar, este Espíritu de la Verdad (nótese bien el sentido de pertenencia y de origen: es Espíritu de la Verdad, es decir; de Dios), según san Juan, aparte de consolar a los discípulos, tendrá una misión clara y definida:
Les enseñará a sus discípulos, todo.
Les recordará todo lo que Jesús les ha dicho (a ellos y a nosotros por medio de ellos)
Los guiará hasta la verdad completa
Hablará lo que oiga y nada dirá por su propia cuenta
Anunciará lo que irá sucediendo o lo que ha de venir
Le dará gloria a Jesús porque "todo" lo del Padre es de Él (de Jesús) y, además, porque recibirá todo de Jesús

Termino esta brevísima reflexión con las palabras de Juan, el evangelista, quien dice (escribe) la verdad para que nosotros creamos.... además, él, sabe que dice la verdad:

(...)" Lo atestigua el que lo vio
y su testimonio es válido y él,
sabe que dice la verdad,
para que también vosotros creáis" (...)

San Juan dice la verdad y la escribe.
¡Para eso...!
¡Para que creamos!
¡Para que, tú, creas!.
Y......., ¿Quién es la Verdad?

RELACION HIJO PADRE EN SAN JUAN

INTRODUCCIÓN

Para escribir de Jesús, a partir del texto Joánico, habría que sustanciar algunas palabras claves y, basadas en ellas, entonces, cabrían una serie de imágenes, datos, acciones, características, expresiones, actitudes, gestos y palabras dichas por Jesús, el Hijo de Dios.
Después de releer, por enésima vez en mi vida, éste, mi Evangelio preferido por su belleza literaria y profundidad, me atrevo escribir algunas reflexiones simples, muy simples que, espero en Dios, te ayuden a descubrir, por medio de Jesús y el Evangelio, el Amor del Padre Nuestro.
Por lo anterior, las siguientes páginas no están pensadas para un cristiano comprometido sino, para personas que buscan a Dios en sus vidas y para aquellas que tienen una inquietud por escudriñar las Sagradas Escrituras.
Para ellas escribo.
Para que realicen un viaje a través de los textos y, descubriendo al Amor de Dios, lo contemplen, lo glorifiquen, lo sigan y lo amen.
Para mayor Gloria de Dios.




LA RELACIÓN DEL HIJO ANTE EL PADRE
EN EL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN.
BREVE REFLEXIÓN.

San Juan, inicia su Evangelio con una intención clara: quitar toda duda ante una corriente herética de fines del s.I, que ponía en duda la naturaleza, origen y realeza de Jesús.
Este Jesús, del cual escribe Juan el evangelista, existe desde el inicio. Desde antes que el tiempo se iniciase. Existe desde antes que el hombre tomara conciencia de la "nada".
Así comienza:
"En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios" (...)
Sin creer en éste versículo, sin tenerlo en cuenta, todo lo demás no tiene sentido.
Lo llamo verso de autoridad o mejor explicitado: el verso Puerta.
Hay que entrar por allí para entender, gozar, contemplar y creer todo lo que sigue con posterioridad; en el principio: existía, estaba, era. (según las traducciones en el latín el verbo "erat" no varía, tampoco en el griego hn)
Después de ingresar por la "puerta", ésta realidad de la preexistencia de Jesús, es explicitada aún más, llenándolo de autoridad y estableciendo claras diferencias.
En primer lugar, lo relaciona con el principio de los tiempos y la creación. San Juan afirmará que el mundo fue hecho por Él. En segundo lugar; dirá que viene de Dios, que viene y ha salido de Él y, que estaba a su lado antes que el mundo existiese
En el Evangelio, te encontrarás con muchos textos que harán alusión a éste tema y, que, sin lugar a dudas, te ayudarán a tener claro el origen de Jesús nuestro Salvador.
Este Jesús se hace hombre e ingresa en nuestra historia, haciéndose historia del hombre y haciendo historia con el hombre y la humanidad.
San Juan dirá: (...)"Y la Palabra se hizo carne y puso su morada en nosotros"(...) más, con varias diferencias que buscan dejar en claro cualquier error:
no nació de sangre
no nació de deseo, ni de carne, ni de hombre
Este Jesús, Hijo de Dios, es único. No hay otro igual a Él, viene de Dios y ha visto al Padre porque salió del Padre además, está marcado por el sello del Padre.
Toda esta verdad, nos ayuda a comprender que Jesús fue enviado por el Padre con una misión bien específica que - desde la perspectiva de Jesús Hijo, relacionado estrechamente con su Padre - el evangelista nos invita a gozar, contemplar y creer.
El Dios Hijo enviado, Jesús, declara conocer y haber visto a Dios (Padre).
Él, como enviado, se sabe dueño de una realidad que es poco creíble para sus opositores: ha venido de parte de Dios a quien ha visto y, a quien Dios conoce tanto como lo conoce él.
Por tanto, Jesús tiene algo muy especial de Dios. Es un enviado de su parte pero, no solamente tiene conocimiento del para qué fue enviado, sino que conoce muy bien a quien lo ha enviado y Él lo conoce de igual manera.
No solo conoce "el papel" o "la instrucción" de lo que debe hacer, como enviado, sino que conoce la Intención más profunda de quien lo envía.
Veamos algunas particularidades de éste enviado que, precisamente, nos lleva a creer que Él es, verdaderamente, el Hijo de Dios.
En primer lugar, Jesús siempre, cuando habla o realiza obras, se refiere a su Padre que lo ha enviado, es decir; tiene plena conciencia que ha sido enviado por su Padre , más aún, posee la certeza y así lo manifiesta, que su Padre ha sido quien le ha dicho qué hacer y qué decir .
En segundo lugar, conoce en profundidad la voluntad de quien lo envió; ésto es la ausencia de pérdida pues, vino a recuperar lo perdido, vino a buscarlo, mostrando una dimensión cargada de responsabilidad, preocupación, delicadeza y ternura .
En tercer lugar. Este enviado no se justifica con palabras y argumentos, sino con las obras que Él ha realizado y, las obras atestiguan y hablan por si solas acerca de quién lo envió. Son sus obras, las que dan testimonio que el Padre lo envió.
Es sobrecogedor, cuando uno logra contemplar la realidad anteriormente mencionada.
Todo lo que hace Jesús, el Dios Hijo enviado por el Padre, es lo que ha visto hacer a su Padre. Son varios los pasajes bíblicos donde, San Juan, hace mención de ésta realidad .
En el fondo, y es claro, Jesús con sus obras (gestos y palabras) hace lo que su Padre hace, es decir; Ama.
Eso. Ama
Desentraña lo más íntimo de Dios.
Es así que, este Hijo enviado, Revela y Muestra lo que para el hombre y la humanidad por siglos estaba en lo misterioso. Muestra lo que el hombre jamás pensó ver. Muestra a Dios y él se encarga de contarlo
¿Acaso no sucede nada en el corazón de un seguidor de Jesús cuando lee y anida en su interior éstas palabras?
La visión de Dios era imposible para el hombre común y corriente. Era una realidad inimaginable.
Ahora bien. Lo inimaginable hay que imaginárselo, sentir las exclamaciones de asombro, de escándalo, etc. Observar las reacciones ante tan grande afirmación que, sin lugar a dudas, en los contemporáneos de Jesús, causaron tanto escándalo y rechazo como para llevarlo a la muerte.
Cuánto les habrá dolido, escandalizado a los contemporáneos de Jesús el escuchar las siguientes palabras:
(...)"Ya desde ahora lo conocen y lo han visto"(...)
(...)"el que me ha visto, ha visto al Padre"(...)
Cabe la pregunta, entonces: ¿Es justo y válido hablar de Dios como un Misterio?
Sí (y con tilde en la i). Pero, para todas aquellas personas que buscaban conocer a Dios ANTES de Jesús. Antes, con mayúscula. Porque después de la presencia y vida de Jesús, el Hijo de Dios, en medio de los hombres: ¡NO!. Así con mayúscula. No es justo ni válido
NO, porque el secreto de Dios se hizo Jesús.
El Secreto de Dios, se HIZO Jesús.
Entonces ¿dónde está el misterio?
¡Ya no está!
Simplemente, ¡no está! Porque, Jesús es quien ha escuchado la voz del Padre y lo ha visto y, viéndole a Él, vemos al Padre, viendo sus obras vemos al Padre, escuchándole a Él, escuchamos y sabemos del Padre. Definitivamente, el secreto de Dios se hizo Jesús.
¿Cómo es posible y compatible llamar a un Dios Misterio: ¡Padre!?
Es algo insustentable, porque el misterio de Dios se hizo Jesús.
El secreto o misterio de Dios se hizo Jesús, porque Él y su Padre son uno solo ("una sola cosa"). Jesús se sabe amado y querido por su Padre. Sabe que su Padre confía en Él porque todo lo ha puesto en sus manos.
El secreto de Dios se hizo Jesús, porque Jesús siempre muestra o indica (descubre, revela) la voluntad de su Padre, comunicando a sus discípulos todo lo que el Padre le comunicó a Él porque su Padre siempre lo oye y, Jesús se lo agradece públicamente
Una de las maneras de conocer a Dios, es por medio de su Hijo. Él, es el Camino .
Jesús, Dios Hijo es el mediador, el intercesor entre los hombres y Dios, su Padre.
Nadie puede ir al Padre sino por medio de Jesús
Y, como mediador, se ofrece y se compromete, prometiendo sus ruegos y acción eterna:
ruega por sus discípulos
ruega por nosotros
promete su intercesión
Firme en su palabra y, asido en quien le envió promete que sus discípulos, incluso, harán obras mayores que las suyas porque ni Él ni su Padre los dejarán solos y, se compromete que pedirá al Padre un defensor, "Alguien" que les explicará todo lo que no han logrado entender y les recordará todo lo que Jesús les dijo, enseñó y reveló de su Padre. Ese "Alguien" (el Paráclito, es el Espíritu Santo)
Jesús, Dios Hijo, cumplió, hizo y dijo todo lo que su Padre en su amor le pidió.
Antes y después de sus últimas palabras en la cruz (...)"Todo está cumplido"(...) expresó la realidad del regreso junto a su Padre.
Así como vino, tenía que marcharse para estar junto a su Padre .
Con su llegada, con su encarnación trajo a la tierra un trozo de cielo y con su partida, después de su Resurrección, se llevó toda una historia y humanidad: mi historia, tu historia. Nuestra humanidad.
Y, en una porción de nuestra humanidad, depositó su confianza para que ésta historia de salvación continuase: en sus discípulos, en Pedro y sus sucesores. Hoy, nuestros pastores (Papa, obispos y en su Iglesia),:
(...)"Como el Padre me envió,
también yo los envío"(...)
En tus manos, Él, también depositó su confianza y, con su eterna oración te sigue asistiendo.
Sus palabras y oración son un eterno presente.
¡Créelas!.
(...)"No ruego sólo por éstos,
sino también por aquellos que,
por medio de su palabra,
creerán en mí"(...)
¡Ruega por ti!
Ahora, ¡Anda!